Dios hecha a lo profundo del mar nuestros pecados.

Perdón de Pecados según la biblia

Reconociendo que hay varios pecados definidos en la palabra de Dios, determinamos que el pecado es cualquier falta de conformidad al carácter de Dios. El pecado es siempre condenable, ya sea que lo cometa el salvaje o el civilizado. Aunque puede haber diferentes grados de castigo para el pecador (Lc. 12:47-48), todo pecado es invariable “pecaminoso” en sí mismo, porque constituye una ofensa contra la santidad de Dios.

Versículo bíblico clave:

Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.  1 Juan 1:9

El perdón de los pecados se cumple para el pecador cuando él cree en Cristo y es una parte de su salvación. En unos 115 pasajes del Nuevo Testamento se declara que la salvación del pecador depende sólo de creer, y en aproximadamente 35 pasajes se dice que depende de la fe, lo cual es un sinónimo de creer. Creyendo, un individuo ejerce el deseo de confiar en Cristo. Y efectivamente cuando Dios perdona nuestros pecados no se vuelve a recordar jamás, como lo dice Miqueas 7:9, como si fuesen arrojados a lo profundo del mar.

Aquel sacrificio perfecto de Cristo en la cruz, cambio la historia y trajo consigo perdón de pecados. Este es el testimonio de la Palabra de Dios: “En quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su gracia» (Col. 1:14; Ef.1:7). La muerte vicaria de Cristo es infinitamente perfecta en su eficacia redentora, y, por lo tanto, el pecador que confía en Él es no solamente perdonado, sino también justificado para siempre (Ro.3:24).

Versículo Dios hecha nuestros pecados al fondo del mar

El versículo que menciona que Dios echa nuestros pecados al fondo del mar se encuentra en el Libro de Miqueas en el Antiguo Testamento de la Biblia. El versículo exacto es Miqueas 7:19 (Reina-Valera 1960):

"Volverá a apiadarse de nosotros; sepultará nuestras iniquidades, y todas sus transgresiones echará en lo profundo del mar."

Este versículo destaca la compasión y el perdón de Dios, que está dispuesto a perdonar y desechar nuestros pecados, enterrándolos en lo más profundo del mar, lo que simboliza la completa eliminación de nuestras transgresiones.